LEELA ROMEO
DESANUDA FIBER LAB.

BASICS

El diseño textil cuenta con su propio lenguaje, es un medio de expresión artística, una herramienta de comunicación personal que está floreciendo actualmente en el panorama nacional.
“Es bonito ver cómo conectan tradición y vanguardia”, señala la artista, que busca apoyar el uso de materias primas y fibras autóctonas, apostando por los productos de proximidad y la producción sostenible en su Mallorca natal.

Curiosidad, experimentación y aprendizaje.
La creatividad fluye constantemente y en distintas direcciones, explorando nuevos horizontes, rompiendo con lo
establecido y reescribiendo el imaginario.
Así trabaja Leela Romero (Mallorca, 1980), quien dio vida a Desanuda Fiber Lab como una vía de expresión artística.
Un proyecto enfocado en el arte textil, el diseño y la artesanía, inspirando por el carácter mediterráneo de la creadora.
Trabaja en intervenciones de gran formato en colaboración con proyectos arquitectónicos y de diseño de interior, transformando los espacios mediante sus diseños atemporales que destacan por la calidez de los materiales crudos.
HISTORIA
Con 17 años decidió abrirse al mundo y salir de la tradicional isla que le había visto crecer. Se compró su primer vuelo con los ahorros de un trabajo de aquel verano y comenzó un viaje que duró 10 años.
Ese recorrido la llevó a vivir en diversas culturas, hasta convertirla en la mujer que es hoy. Inglaterra, india, Tailandia, Costa rica, Brasil, Ibiza, Granada, Méjico y Nueva York.
La primera mitad de su vida, vivió el arte desde la mirada de la contemplación, con admiración y curiosidad, viendo cÓmo lo hacían los demás.
Prácticamente todas sus parejas y amigos son grandes creativos (tatuadores, artistas de street art, pintores, productores de música y músicos) de los que ha aprendido y que influencian su visión actual ante la actitud de tomar para crear.
Para ella estaban los que habían nacido con el don y los que tenían que trabajar de una forma muy ardua para conseguir estar satisfechos con su trabajo.
Ella consideraba que no tenía ni el Don, ni la constancia en pulir. Observa en el arte un alto nivel de autocrítica , hasta tal punto de ver que grandes obras quedan olvidadas y nunca ven la luz por ese obsesivo prisma de perfeccionismo.
Algunos de sus hitos como emprendedora nómada, fueron ser Manager de grupos de flamenco/jazz, colaborar en la construcción de una comuna internacional en Costa Rica, formación de equipos para Spas y crear espacios "Wellness" para Cadenas de Hoteles Nacionales en Ibiza, Alicante y Mallorca.
Un tránsito por su propia oscuridad, viviendo en Noruega con su familia, fue el punto de partida en abrirse a su propia creatividad.
Decidió que le daban igual los resultados y que lo haría únicamente por disfrutar y experimentar. Empezó a jugar. Fotografía, escritura, música... Desde el juego y sin importarle el resultado experimento por primera vez esa alquimia interna, ese nutrirse a uno mismo a través de crear.
Los últimos 6 meses en Noruega, antes de separarse de su pareja y padre de su hija, se sumergió de pleno en hacer por hacer, por pura satisfacción. Y encontró su vía de creación.
Ella consideraba que no tenía el don, ni una actitud perfeccionista, pero tenía el empuje de levantarse todos los días y crear disfrutando sin un propósito. Jugando.
De vuelta a Mallorca, conoció de cerca el arte constructivo creado por el uruguayo Joaquin Torres Garcia, que busca la armonía dentro de la imperfección. Esa visión le hizo darse cuenta que todo vale si en la composición hay un orden y tiene alma.

